jueves, 29 de abril de 2010

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Cuando un bar se cierra, no sólo hay que tener en cuenta que mañana no podrás tomar café allí. También hay que pensar en todos los recuerdos que quedarán allí encerrados cuando se baje la verja por última vez.

1 comentario:

Sumomo dijo...

:/ Ya te digo. Me recuerda al Katinguelé.